Por Félix Romero
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22 de diciembre de 2025
Marbella. - La delegación de Movilidad del Ayuntamiento ha realizado su balance del año, destacando el incremento del uso del transporte público, que ha alcanzado “una cifra récord de 6,8 millones de viajeros. Félix Romero ha subrayado el intenso volumen de trabajo y las constantes dificultades que se presentan y se resuelven a diario. Los más de 6,8 millones de viajeros registrados en el transporte público de Marbella durante 2025 son, sin duda, una cifra llamativa. Hablan de uso, de aceptación y de una política municipal que ha sabido incentivar el autobús con una herramienta poderosa: la gratuidad para los empadronados. Sin embargo, los grandes números también pueden ocultar las grietas del sistema. La primera de ellas es estructural: el crecimiento del uso del transporte público no ha ido acompañado de una reducción clara y medible del tráfico privado. Marbella sigue siendo una ciudad dominada por el coche, especialmente en horas punta y en temporadas de alta ocupación turística. Parte del problema reside en la geografía urbana. Marbella es larga, fragmentada y dependiente de ejes viarios saturados. El transporte público mejora, pero sigue siendo poco competitivo en tiempos de desplazamiento frente al vehículo privado en trayectos interurbanos o transversales. Para muchos residentes, el autobús es gratuito, sí, pero sigue siendo lento. Además, la gratuidad no ha supuesto que cada uno de esos 6,8 millones de viajes representen la misma caída de desplazamientos en coche. En muchos casos, son desplazamientos que antes se hacían a pie, o trayectos cortos multiplicados por la ausencia de coste, es decir, el éxito cuantitativo del transporte no ha sido posible de cuantificar en cuanto a la presión ambiental. No obstante Romero ha asegurado que con las láminas fotocatalíticas en vehículos del transporte colectivo y escolar, se ha podido eliminar hasta el 95% de la polución y, que está en nuestras manos el control de la calidad del aire por medio de los sensores instalados accesibles mediante códigos QR en marquesinas. Otro punto débil es la intermodalidad. Marbella carece aún de una red eficaz de conexión entre autobús, taxi, bicicleta y aparcamientos disuasorios. El estacionamiento regulado ordena el espacio, pero no siempre funciona como incentivo real para dejar el coche y continuar en transporte público. La ciudad sigue pidiendo al ciudadano que elija entre sistemas, no que los combine. En cuanto a la tecnología, los avances existen —apps, tarjetas, sensores—, pero la experiencia del usuario sigue siendo irregular. Sobre la información en tiempo real no siempre es fiable, las frecuencias no se adaptan con rapidez a incidencias o picos de demanda y la percepción de saturación en determinadas líneas persiste, especialmente en verano y en zonas como San Pedro Alcántara, Nueva Andalucía o el eje de la A-7. El taxi, aunque reforzado con subvenciones y nuevas licencias, también refleja una tensión no resuelta: más vehículos no siempre equivalen a mejor servicio si no se acompaña de una redistribución eficiente por zonas y horarios. La escasez puntual, especialmente nocturna o en eventos, sigue siendo una queja recurrente. Y luego está el gran ausente del balance: el peatón. La inversión en señalización y semaforización es notable, pero Marbella continúa arrastrando déficits en continuidad peatonal, cruces seguros e itinerarios accesibles en barrios periféricos. La movilidad sostenible no se mide solo en viajeros transportados, sino en la facilidad para moverse sin coche, sin autobús y sin miedo. En definitiva, la política de movilidad de Marbella ha avanzado, pero todavía no ha cambiado el modelo. Ha hecho más amable el transporte público sin hacerlo plenamente competitivo. Ha sumado usuarios sin restar coches. Ha invertido en tecnología sin resolver del todo la experiencia diaria del desplazamiento. Romero señaló la importancia de la tarjeta municipal de movilidad gratuita que ha alcanzado las 93.000 activas, tras registrar 11.500 nuevas altas, así como el importante ámbito del transporte escolar y universitario al que ha dado una cobertura a más de 900 usuarios de 24 centros a través de 37 rutas.